En la cruz el Calvario ocurrió un intercambio divino. De un lado Jesús tomo la carga de todas nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores, herido fue por nuestras rebeliones, fue despreciado y desechado entre los hombres y recibió todo el castigo que nos correspondía (Isaías. 53:3-7).

A cambio nos dio las bendiciones que a Él le pertenecían por llevar una vida de obediencia y santidad. Nos dio su paz que sobrepasa todo entendimiento, nos dio sanidad divina, ya que escrito esta “por sus llagas fuimos nosotros curados” y nos dio vida en abundancia. Dios Padre cargo sobre él, todos nuestros pecados y aunque angustiado y afligido no abrió su boca, no se quejó ni renunció.

Diez aspectos del intercambio divino en la cruz:

Por donde se mire la obra de Jesús en la cruz es PERFECTA. Hoy vamos a conocer los primeros 5 aspectos: 1. La cruz es la fuente de provisión total de Dios para cada creyente: “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?” Rom. 8:32. Todas nuestras necesidades, sean emocionales, espirituales, materiales, de salud o financieras, ya han sido provistas en la cruz. Por eso cada vez que recibamos algo debemos reconocer que la fuente de origen de toda provisión de Dios es la cruz.

  1. En la cruz Jesús le suministro a Satanás una derrota total, irrevocable, eterna y permanente. Nada puede hacer Satanás para cambiar el hecho de su derrota. Es eterna e irrevocable porque la victoria de Jesús es total y PERMANENTE. Ya no puede cambiar lo que Jesús ganó en la cruz, entonces la táctica del enemigo se centra en tratar de esconderle a la iglesia el verdadero poder de la cruz. Por todos los medios quiere diluir, suavizar, rebajar y menospreciar el poder de la cruz, para que la iglesia no perciba la total provisión que le corresponde.
  2. Jesús recibió el castigo por nuestros pecados para que seamos perdonados, llevo nuestras enfermedades y dolores para que seamos sanados. “Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados”. Isaías 53:3-5.

En este versículo debemos hacer énfasis en 3 puntos: 1º  Perdón de pecados. El castigo debido a  la desobediencia de toda la humanidad vino sobre Jesús. Esto forma parte del PLAN de salvación de Dios.

2º  Paz con Dios. Hasta que el castigo por el pecado o iniquidad no fuese ejecutado no habría posibilidad de tener paz ni de ser reconciliado con Dios.

3º Sanidad. Nos otorgo sanidad al llevar nuestras enfermedades, solo tenemos que entrar por medio de la FE. Mr. 8:16-17: “Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra echó fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos; para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias”.

La Biblia afirma “los sano a TODOS”. Este es el evangelio del Reino, el cual nosotros también predicamos. Una razón principal por que las multitudes seguían a Jesús era por ver milagros. (Juan 6:2). Hay personas que no les cuesta creer en que Jesús perdona los pecados pero se les hace muy difícil aceptar que Jesús sigue sanando s los enfermos hoy. El perdón es uno de los mayores milagros que ha recibido la humanidad.

  1. Jesús se hizo pecado para que seamos justificados con Su Justicia. “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados…” Romanos 3:23-25. El cuerpo de Jesús llevo nuestras enfermedades y dolencias, pero Su vida -su alma- fue puesta como OFRENDA por nuestros pecados. Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él. 2º Cor. 5:21.
  2. Jesús se hizo maldición para que nosotros recibamos bendición. Gal. 3:13. Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero). En el tiempo de Jesús, morir en la cruz era la peor maldición que alguien podía sufrir. Todo el que era crucificado acarreaba una maldición para sí y su familia y era visto además, como altamente contaminante para la tierra que pisaba.

Esto lo confirma la biblia. “Si alguno hubiere cometido algún crimen digno de muerte, y lo hiciereis morir, y lo colgareis en un madero, no dejaréis que su cuerpo pase la noche sobre el madero; sin falta lo enterrarás el mismo día, porque maldito por Dios es el colgado; y no contaminarás tu tierra que Jehová tu Dios te da por heredad”. Deut. 21:22-23. Jesús fue hecho MALDICIÓN para que nosotros recibamos BENDICIÓN pero también para que vayamos a LIBERAR a otros. Muchas personas que tienen maldiciones operando en su vida ni lo saben.

Siete indicadores que muestran que una persona está bajo maldición

Existen siete indicadores claves que muestran que una persona está viviendo bajo maldición. La presencia de un solo indicador no significa que en ella esté operando una maldición, pero si varios están presentes, entonces la maldición es obvia.

/1/ Colapsos y trastornos nerviosos y mentales.   /2/ Enfermedades crónicas repetidas, especialmente   hereditarias.   /3/ Repetidos abortos espontáneos, no provocados.   /4/ Separación matrimonial o destrucción familiar    (varios divorcios).   /5/ Continúas crisis económicas, especialmente    cuando se gana lo suficiente.   /6/ Accidentes continuos de toda clase.   /7/ Historia de suicidios y muertes no naturales en la   familia.

Hay ESPERANZA para cualquiera que se identifique con esto porque Jesús se hizo maldición para que nosotros recibamos bendición. ¡Cristo ya venció!

Hoy prepárese a RENUNCIAR a seguir siendo esclavo del pecado. El poder de la cruz lo hará libre. Cuando nosotros ponemos ese fundamento, tenemos fe en los resultados. Por tanto sabemos que hoy veremos a la gente libre de maldiciones. ¡Jesús fue hecho maldición para que nosotros recibamos bendición!

  1. Jesús soporto nuestra pobreza para que podamos recibir nuestra prosperidad. “Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos”. 2º Corintios 8:9. La abundancia de Dios se recibe por fe, y por la gracia de dar; así que comencemos a DECLARAR el verso anterior con la convicción plena que Jesús es el sumo sacerdote de nuestra confesión (Hebreos 3:1)

¿Cómo entender la abundancia? La abundancia significa que usted tiene suficiente para usted y aun le sobra para dar a otros. Este es el nivel donde Dios nos quiere llevar. “Por cuanto no serviste a Jehová tu Dios con alegría y con gozo de corazón, por la abundancia de todas las cosas, servirás, por tanto, a tus enemigos que enviare Jehová contra ti, con hambre y con sed y con desnudez, y con falta de todas las cosas; y él pondrá yugo de hierro sobre tu cuello, hasta destruirte”. Deut. 28:47-48

La pobreza es una maldición que trae consigo hambre, sed, desnudez, y carencia de cosas. La gran comisión que nos dejo Jesús nos manda a llevar el evangelio del Reino y el mensaje de la cruz a todos los rincones de la tierra. Esto incluye predicarle los pobres. Sin embargo al morir en la cruz El destruyo la maldición de POBREZA, para que nosotros viviéramos ABUNDANCIA.

“En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir”. Hechos 20:35 Dar sin que nadie tenga que forzarlo indica que, quien da, ha adquirido al menos en ésa área el carácter de Cristo cuya naturaleza es dar. Dios ya ha provisto la abundancia para usted para que le alcance incluso para sembrar a otros. No significa que todos los creyentes sean millonarios

pero si que el nivel de provisión con que Dios desea bendecirnos es la abundancia. Declare esto en voz alta: “Jesús llevo nuestra pobreza para que nosotros podamos compartir Su abundancia”. Si lo cree hoy usted comenzará a tener un cambio PERMANENTE en su vida.

  1. Jesús llevo nuestra vergüenza y culpabilidad para que podamos recibir Su gloria. Muchas personas tienen un grave problema con la vergüenza. Sienten que nunca pueden levantar su rostro delante de Dios. Cuando esto ocurre una de las causas más frecuentes son los abusos de todo tipo en la niñez, incluyendo el abuso sexual. La buena noticia es que la cruz también provee remedio para ellos. “Cuando le hubieron crucificado, repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes, para que se cumpliese lo dicho por el profeta: Partieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes. Y sentados le guardaban allí”. Mateo 27:35-36. Los soldados no solo azotaron y pusieron corona de espinas a Jesús, sino que lo dejaron totalmente desnudo. Así permaneció durante horas antes la burla de los soldados y de la gente que pasaba cerca.
  2. Jesús soporto nuestro rechazo para que podamos obtener su aceptación. Es sentirse excluido del círculo que frecuentamos o no aceptado por ellos. Es una herida profunda que puede producirse en el alma de la persona.

¿Cuáles son las causas principales del rechazo? Podemos identificar tres: *Cuando los padres no saben expresar su amor. El amor debe ser abiertamente expresado. Si se ama en secreto o en silencio no produce el efecto deseado, especialmente en los niños. * Cuando el que viene es un niño no deseado. Para muchos el rechazo comienza en el vientre de su madre, cuando ella descubre que está embarazada, y ella, el padre del bebe u otros familiares no desean al bebe. También puede venir por el sexo del bebe, cuando se desea una niña y viene un varoncito o viceversa. * Cuando hay rompimiento en la familia. Muchas veces los hijos de una familia que atraviesa por un divorcio se sienten culpables de la desintegración del hogar y adquieren un espíritu de rechazo. Muchos se casan demasiado jóvenes tratando de suplir su falta de amor con sexo, pero a cambio reciben repudio, abuso y más rechazo. El llevo el rechazo nuestro para que podamos obtener Su ACEPTACION.

¿Qué significa ser aceptado? La palabra griega que se utiliza es “charis” que significa “tener gracia”, “contar con el favor de alguien”. Quiere decir que ahora somos tan hijos de Dios “por gracia” como lo es Jesús. Mucha gente sufre rechazo porque no conoce esta verdad. Jesús quiere liberarlo ahora mismo del rechazo. ¡Reciba por fe la gracia de Dios y Su aceptación ahora!

  1. Jesús fue separado del padre por la muerte para que podamos ser uno con Dios. Cuando José de Arimatea fue a pedirle a Pilato el cuerpo de Jesús para sepultarlo, cuando finalmente muriera, Pilato se sorprendió al saber que Jesús ya había muerto (Mr. 15:44) pues la crucifixión era una muerte muy lenta.

La separación del Padre y Su silencio. El desamparo es el más cruel de todos los abandonos. En su agonía Jesús clamo: “Dios mío, Dios mío ¿por qué me has desamparado?” (Mt. 27:46). Por primera vez en la historia del universo Jesús oro y no obtuvo respuesta. Después gritó otra vez y entrego su espíritu muriendo. Luego el velo del templo re partió en dos de arriba abajo como demostración que era obra de Dios. El velo era lo que SEPARABA al hombre pecador de un Dios Santo y cuando Jesús murió el velo se rompió dejando libre la senda que nos da pleno ACCESO a la presencia de Dios.

“Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido”.  Isaías 53:8

¿Provocó comentarios esta controversia? Seguro que si, porque en la cultura hebrea lo peor que le podía pasar a un hombre era ser cortado de su linaje; esto quiere decir, no dejar una descendencia que continúe después de él. Nosotros somos el cumplimiento de esa profecía. La muerte de Jesús acabo con una generación de pecado y corrupción, pero inicio una nueva generación.

  1. Nuestro viejo hombre fue ejecutado para que el nuevo hombre pueda vivir en nosotros. “Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado”. Romanos 6:6.

Todos los que hemos sido bautizados en Cristo hemos sido bautizados en su muerte a fin de que como Cristo resucito por la gloria del Padre así también nosotros tengamos vida nueva. (Rmo. 6:3-4) al hacer pública nuestra decisión de seguir a Cristo, al bautizarnos, reconocemos que morimos a lo viejo.

¿Quién es el viejo hombre? Es el “cuerpo de pecado” aunque también conocido como “la carne” o “naturaleza dinámica”. Lo podemos definir como “rebeldía”. Dios tiene un plan para ese rebelde, no con horas de consejería, sino crucificándolo. Al morir Jesús nuestro viejo hombre murió con El. ¡Saber y creer esto nos hace LIBRES!

¿Qué significa estar muertos al pecado? Que el pecado ya no nos atrae, no señorea nuestra vida. El sacrificio de Jesús incluye la ejecución de la naturaleza rebelde que vive en nosotros. No podemos tener una vida de victoria si el viejo hombre rebelde que vive en nosotros no es ejecutado.

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